El
alcohol es igual de adictivo, o más, que cualquier droga ilegal.
El
alcohol es la droga más antigua y más ampliamente utilizada del mundo. Es un
depresor que altera las percepciones, las emociones y los sentidos.
El
alcohol actúa primero como un estimulante y, después, hace que las personas se
sientan relajadas y un poco adormecidas.
Las
dosis elevadas de alcohol afectan seriamente la cordura y la coordinación. Los
bebedores pueden arrastrar las palabras al hablar, presentar confusión,
depresión, pérdida de la memoria de corto plazo y tiempos de reacción más
lentos.
Si
se beben grandes cantidades de alcohol en un breve período de tiempo, se puede
producir una intoxicación etílica.
Los
adolescentes que consumen alcohol pueden volverse dependientes psicológicamente
de esta sustancia para sentirse bien, afrontar la vida o manejar el estrés.
Además, el cuerpo puede exigirles cantidades cada vez mayores para lograr el
mismo tipo de estimulación que al principio. Algunos adolescentes también
corren el riesgo de volverse físicamente adictos al alcohol. La abstinencia del
alcohol puede ser dolorosa e, incluso, poner en riesgo la vida. Los síntomas
van desde temblores, sudoración, náuseas, ansiedad y depresión hasta
alucinaciones, fiebre y convulsiones.
Las
bebidas alcohólicas se pueden clasificar en dos grupos según el proceso de
elaboración: las bebidas fermentadas y las bebidas destiladas.
-Las
bebidas fermentadas: proceden de la fermentación natural de los azúcares
contenidos en diferentes frutas usadas para la elaboración del producto
alcohólico. La concentración de etanol en estas bebidas se encuentra
entre un 2% y un 6% en las cervezas de destilación natural y productos
similares y entre un 10% y un 20% en los vinos y otros productos similares.
-Las
bebidas destiladas: proceden de la depuración y destilación de
las bebidas fermentadas, de esta forma se obtienen mayores concentraciones de
alcohol, llegando a tener una concentración de etanol entre un 35% y un 60%,
dependiendo de la bebida.
España
duplica la tasa mundial de consumo de alcohol. Algo más de 11 litros por
persona al año. Ésa es la cantidad de alcohol que se bebe en España al año
según el último informe mundial de la Organización Mundial de la Salud. Nos
coloca ligeramente por encima de la media europea. La mayoría de jóvenes
empiezan a tomar alcohol a los 13 años sin ser conscientes que el día de mañana
puede provocar un gran problema. Un 76,7% de la población de nuestro país bebe alcohol.
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