En las hojas de coca, planta que se cultiva en América
del Sur, a una altitud de entre 700 y 1700 metros en climas suaves y húmedos.
Las plantas que crecen espontáneamente alcanzan una altitud de entre 3 y 4
metros, se encuentra un principio activo llamado cocaína. Su presentación tras
los procesos de purificación es un polvo blanco e inoloro. Se utilizó en un
principio con fines médicos, como anestésico local. Comprobada su toxicidad,
dejó de usarse sanitariamente y actualmente es ilegal.
Produce
dos tipos de efectos:
-Efectos inmediatos:
Ausencia de fatiga, exaltación del estado de ánimo,
sensación de vértigo, aumento de la seguridad en uno mismo, prepotencia,
ausencia de cansancio, inquietud, angustia, sueño y hambre. Este
primer efecto euforizante va seguido de un efecto rebote, caracterizado por
cansancio, apatía y angustia, así como una conducta impulsiva y agresiva.
A nivel físico se produce una aceleración del ritmo
cardíaco y un aumento de la temperatura del cuerpo, además del efecto
anestésico local. Sus efectos dependerán, en general, de la cantidad y la vía
de administración. Dosis elevadas pueden producir temblores, tics, movimientos
convulsivos y alucinaciones.
-Efectos a largo plazo:
Presentan una mayor gravedad, aunque siempre dependiendo
del consumo que se realice de unas y otras.
Destacan también los efectos sobre el feto durante el
embarazo y en el neonato: elevada mortalidad perinatal, aborto espontáneo y
alteraciones nerviosas en el recién nacido.
En nuestro país está aumentando su consumo de año en año
por diferentes sectores de la población. La muerte por consumo de cocaína se
produce, principalmente, por una hemorragia cerebral o fallo cardíaco.
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